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El cobro de comisiones es una estructura de retribución habitual en el ámbito de las ventas y las funciones basadas en comisiones para ofrecer a los empleados un salario base garantizado y, al mismo tiempo, incentivarles para que alcancen altos niveles de rendimiento y éxito en las ventas.
En este modelo de compensación, los empleados reciben un salario base predeterminado, a menudo denominado "sorteo", que sirve como garantía de ingresos mínimos independientemente de sus resultados de ventas.
El cobro de comisiones es un sistema de retribución que se suele utilizar en funciones de ventas o basadas en comisiones. En este sistema, el empleado recibe un salario base garantizado o una cantidad a cuenta que se abona periódicamente (por ejemplo, mensual o quincenalmente).
Este salario base sirve como garantía de ingresos mínimos, proporcionando estabilidad financiera al empleado independientemente de sus resultados de ventas.
El cobro no recuperable de comisiones es una variante de esta estructura de pago en la que el empleado no está obligado a reembolsar el importe del cobro, incluso si sus ingresos por comisiones no superan el importe del cobro.
En otras palabras, la retención se considera un anticipo sobre futuras comisiones y no es recuperable por el empresario.
Existen varios tipos de sorteos contra comisiones que las empresas utilizan para apoyar a los equipos de ventas:
El sorteo contra comisión ofrece ventajas clave tanto para los empresarios como para los profesionales de la venta:
A pesar de sus ventajas, el sorteo a comisión puede plantear problemas:
Sí, el cobro de comisiones puede ser beneficioso tanto para los vendedores como para las empresas. Ofrece apoyo financiero durante los ciclos de ventas inciertos o para las nuevas contrataciones. Para los empleados, reduce las diferencias de ingresos.
Para los empresarios, atrae y retiene el talento. Sin embargo, su eficacia depende de si se trata de un sorteo recuperable o no, y de la claridad con que se fijen las expectativas.
No todos los trabajos de ventas utilizan una estructura de pago de comisiones por sorteo. Es más habitual en sectores o funciones en los que el rendimiento de las ventas puede fluctuar o tener variaciones estacionales, como el comercio minorista, el sector inmobiliario o determinados tipos de ventas entre empresas.
Sin embargo, el uso del cobro de comisiones puede variar en función de las políticas de la empresa, las normas del sector y los acuerdos laborales individuales.
Este modelo se utiliza para proporcionar estabilidad financiera a los representantes de ventas, garantizándoles unos ingresos estables incluso cuando las comisiones aún no se han devengado. Para las empresas, contribuye a motivar y retener al equipo de ventas, sobre todo en sectores con ciclos de ventas largos o cierres de operaciones impredecibles.
Los sorteos de comisiones también pueden ayudar a los recién contratados a prepararse sin una presión financiera inmediata.
En un sistema de reintegro de comisiones, el vendedor recibe un anticipo periódico (semanal o mensual), que actúa como red de seguridad cuando las comisiones son bajas. A medida que se realizan ventas y se ganan comisiones, esos ingresos compensan el anticipo.
Si las comisiones superan el importe de la deducción, el exceso se abona como bonificación. En el caso de una comisión recuperable, el déficit se traslada al ejercicio siguiente y se reembolsa mediante futuras comisiones, lo que hace que la compensación sea equitativa para ambas partes.